La oración por el alma de los los fieles difuntos es una práctica piadosa basada en la doctrina abordada en el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC). Orar por el alma de los fieles difuntos es una de las siete obras espirituales de misericordia.

Te invitamos a ver este video de YouTube (<3 min), y a orar por los difuntos todos los días, en especial, el mes de noviembre: «Oración por los fieles difuntos». Orar por el alma de los difuntos es una obra de misericordia espiritual. Te invitamos a ingresar a nuestro canal de YouTube, comentar tu intención, compartir el enlace y suscribirte: oración por los difuntos. Dios te bendiga.

¿Por qué se celebra el 2 de noviembre la Conmemoración de los fieles difuntos?

La Iglesia siempre ha orado por los fieles difuntos. El monje benedictino San Odilón de Cluny  propuso conmemorarlo el 2 de noviembre del 998. Posteriormente esta fecha fue adoptada por Roma en el siglo XVI y de ahí se difundió al mundo entero.

El 2 de noviembre un católico puede obtener una indulgencia plenaria para el alma de un ser querido, familiar o amigo. Para esto debe cumplir las tres condiciones habituales para ganarla: confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Papa.

En ese orden de ideas, Panversia te hace una invitación muy sencilla pero tremendamente hermosa e importante para este mes de noviembre:

Diariamente haz una breve oración por el alma de un difunto, ya sea de familiar, amigo, conocido o por quien tu recuerdes o decidas orar. 

Para ayudarte con la realización de esta obra de misericordia Panversia ha elaborado un video breve con oraciones seleccionadas.  Si cada día realizas estas u otras oraciones habrás realizado el mayor acto de amor posible por el alma de 30 personas difuntas que con seguridad se beneficiarán.

Fundamentación teológica para hacer oración por los fieles difuntos

La oración por los fieles difuntos tiene como uno de sus cimientos el dogma de fe denominado “la comunión (comunicación) de los santos”, que afirma:

  • Existen tres estados de la iglesia: la peregrinante (o militante), la purgante y la triunfante:  «Hasta que el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte, tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando “claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es”» CIC 954
  • Entre los diferentes miembros de la iglesia nos podemos comunicar bienes espirituales.  Es así como las personas que están en el cielo (iglesia triunfante) interceden por nosotros (iglesia peregrinante) pidiendo ante el Padre el auxilio ante nuestras debilidades para que podamos perseverar en esta vida terrena para alcanzar la vida eterna.  
  • Por otro lado, la Iglesia peregrina ofrece sufragios (oraciones entre estas) por las personas que, muriendo en la gracia y en la amistad de Dios, no han podido llegar a su presencia (iglesia purgante) para que puedan ir cuanto antes a la felicidad del cielo.

En lo que respecta explícitamente sobre la oración por los difuntos el catecismo de la iglesia católica dice:

  • Los fieles difuntos por quienes oramos son aquellas personas que mueren en la gracia y en la amistad de Dios pero imperfectamente purificados por la deuda del pecado contraído en la vida terrenal, no han podido llegar a la presencia de Dios en el Cielo; aunque seguros de su eterna salvación, sufren un estado de purificación (purgatorio) a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo (CIC 1030).
  • Como una ayuda vicaria y espiritual, a estos hermanos en estado de purificación, la Iglesia peregrina ofrece por los difuntos oraciones, pues es una idea santa y provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados(CIC 958).

Fundamentación bíblica para hacer oración por los fieles difuntos

El capítulo 12 del segundo libro de los Macabeos menciona una acción realizada por el pueblo. Ella se hizo para pedir misericordia a Dios por algunos difuntos que habían pecado:

«Luego Judas (Macabeo) reunió al ejército y se dirigió hacia la ciudad de Odolam. Como estaba ya próximo el séptimo día de la semana, se purificaron con los ritos de costumbre y celebraron el sábado en aquel lugar.

Los hombres de Judas fueron al día siguiente –dado que el tiempo urgía– a recoger los cadáveres de los caídos para sepultarlos con sus parientes, en los sepulcros familiares.

Entonces encontraron debajo de las túnicas de cada uno de los muertos objetos consagrados a los ídolos de Iamnia, que la Ley prohíbe tener a los judíos. Así se puso en evidencia para todos que esa era la causa por la que habían caído.

Todos bendijeron el proceder del Señor, el justo Juez, que pone de manifiesto las cosas ocultas, e hicieron rogativas pidiendo que el pecado cometido quedara completamente borrado.

El noble Judas exhortó a la multitud a que se abstuvieran del pecado, ya que ellos habían visto con sus propios ojos lo que había sucedido a los caídos en el combate a causa de su pecado.

Y después de haber recolectado entre sus hombres unas dos mil dracmas, las envió a Jerusalén para que se ofreciera un sacrificio por el pecado.

Él realizó este hermoso y noble gesto con el pensamiento puesto en la resurrección, porque si no hubiera esperado que los caídos en la batalla iban a resucitar, habría sido inútil y superfluo orar por los difuntos.

Además, él tenía presente la magnífica recompensa que está reservada a los que mueren piadosamente, y este es un pensamiento santo y piadoso. Por eso, mandó ofrecer el sacrificio de expiación por los muertos, para que fueran librados de sus pecados.»

¿Qué han dicho los Papas a lo largo de la historia reciente?

«…la Comunión de los Santos, como todos saben, no es más que la mutua comunicación de ayuda, expiación, oraciones, bendiciones, entre todos los fieles, que, ya hayan llegado a la patria celestial, o estén detenidos en el fuego del purgatorio, o están aún desterrados aquí en la tierra, todos disfrutan de la franquicia común de esa ciudad de la cual Cristo es la cabeza, y la constitución es la caridad. Porque la fe nos enseña que, aunque el venerable Sacrificio puede ofrecerse lícitamente sólo a Dios, sin embargo, puede celebrarse en honor de los santos que reinan en el cielo con Dios, que los ha coronado, para que podamos obtener su patrocinio. Y también puede ser ofrecido -según una tradición apostólica- con el fin de expiar los pecados de aquellos de los hermanos que, habiendo muerto en el Señor, aún no han pagado completamente la pena de sus transgresiones.» Papa León XIII

«Tratemos de consolar a este inmenso grupo de almas no sólo con nuestra memoria, sino precisamente con la caridad de nuestra oración, de nuestro sufragio». Papa Pablo VI

«Es importante y es un deber rezar por los difuntos pues, aunque hayan muerto en la gracia y en la amistad de Dios, quizá tienen necesidad todavía de una última purificación para entrar en la gloria del cielo» San Juan Pablo II, Papa.

«…al ir a los cementerios y rezar con afecto y amor por nuestros difuntos, se nos invita, una vez más, a renovar con valentía y con fuerza nuestra fe en la vida eterna, más aún, a vivir con esta gran esperanza y testimoniarla al mundo: tras el presente no se encuentra la nada.». Papa Benedicto XVI

“La oración por los difuntos, sostenida por la esperanza que nos ha dado Cristo resucitado, no es una celebración del culto a la muerte, sino un acto de caridad hacia los hermanos y una asunción de las cargas de los demás”, Papa Francisco

¿Qué podemos hacer entonces en favor de los difuntos?

En virtud de la “comunión de los santos” se recomienda en favor de los difuntos practicar la limosna, las obras de penitencia y las indulgencias.  Sin embargo, el principal sufragio por los difuntos es el sacrificio eucarístico.

Celebrar una eucaristía cuando la persona cumple meses o años de su fallecimiento, o encomendarla durante la celebración de la misa, es sin duda el mayor bien que podemos hacerle.

La Iglesia. Evangelio del día. Evangelio de hoy. Lecturas del día. lecturas de hoy. Lecturas del día de hoy.

Recuerda que al inicio del mes de noviembre se celebra lo siguiente:

  • 1 de noviembre: Día de todos los Santos (Iglesia triunfante)
  • 2 de noviembre: Día de los Fieles Difuntos

Bibliografía

María Ángel Gabriel

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Jesús Pan

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