INTRODUCCIÓN
Tal vez ya hayas leído o escuchado que ciertas ideologías que, infortunadamente, desembocan en políticas, leyes o creencias absurdas, parecen, más bien, representar una conspiración en contra de la humanidad, de la naturaleza misma y de nuestra esencia de seres materiales, racionales y espirituales.
Si se hace el ejercicio de agrupar las consecuencias reales y potenciales de esas ideologías pareciera que no es tan descabellado pensar en que algo así ocurre en la realidad, y que su mera existencia ya ha logrado afectarnos a todos como individuos, como sociedad y como especie.
La premisa del confunde y reinarás es utilizada en situaciones de falso liderazgo para, en realidad, lograr políticas nefastas y falsos beneficios sociales sin importar las consecuencias y el costo sobre la vida y la salud física, espiritual, mental y moral de los demás.
Todo esto para el beneficio, principalmente, económico de unos pocos. Es decir, la humanidad a merced de la avaricia y planes perversos de personas sin principios morales a la vista.
Hemos sido influenciados negativamente para movilizarnos unos en contra de otros, para tener abismos emocionales, espirituales, ideológicos y políticos que parecen sin fondo, e incluso a no parar hasta la literal minimización o eliminación de la persona objeto de agresión.
Ahora bien, parece increíble que en una época en la que hay más herramientas para facilitarnos la vida haya una aparente despreocupación general para evaluar de forma concienzuda y racional el interés real y la consecuencia de lo que se propone, decide, norma y permite como regla o Ley en nuestros países.
Peor aún, con la perversión de sus objetivos iniciales, tales herramientas pasaron a ser una oportunidad para masificar e imponer con la repetición publicitaria incesante algunas creencias o ideas manipuladas y dañinas, inmorales, engañadoras, enfermizas y destructoras del individuo y de la sociedad como un todo.
Lo cierto es que esas falacias pretenden que las personas vean lo bueno como malo, lo malo como bueno, lo moral como inaceptable y lo inmoral como norma, lo contra natura como normal y el causar sufrimiento, e incluso la muerte, a otro como un derecho.
Apartes de la Declaración Universal de los derechos humanos
Autor: Naciones Unidas
Fecha: 1948-2021
Fuente: Wikipedia
CRIMEN A ESCALA GLOBAL
Si el alcance de una falsa ideología tiene una intencionalidad criminal y su alcance negativo real abarca incluso la seguridad de nuestra propia especie, o de subgrupos de ella, se podría llamar más bien una falacia o ideología perversa.
Es decir, un grupo de ideas impuestas que usa a terceros para conseguir un cambio político, jurídico o social que lleva a lucro (o supuesto beneficio) para sus ideólogos, con el potencial de causar daño a todos los demás.
La peor de estas ideologías perversas es la que de manera abierta promueve la muerte de un ser amado como un derecho.
No, no se hablará en este momento de la eutanasia, que también lo es, sino del aborto; es decir, de un procedimiento sin causa justa para quitar la vida a un concebido no nacido.
Al hablar de aborto en este texto se hará referencia solo a las denominaciones interrupción voluntaria del embarazo (IVE) y aborto electivo, provocado o inducido por decisión consentida (real o en apariencia) de la mujer (o cualquier otro que signifique lo mismo)[1]*.
En palabras resumidas, algunos pretenden que el aborto sea visto y entendido como un derecho reproductivo y como una “oportunidad” de la mujer para decidir terminar con una vida que no es la suya.
Sin embargo, esa es una vida que sí está íntimamente ligada a ella, a su madre, y tales propuestas tienen como agravante mayúsculo el hecho de promover la muerte, en su propio vientre, de un ser humano aún no nacido.
Con la presión de “ideólogos”, corporaciones, “filántropos”, entidades y grupos específicos proabortistas que lideran esta visión nefasta, y la complicidad de quienes deberían legislar o sancionar leyes a favor del bien común, ya fue permitida esta práctica, cuando menos inhumana, en varios de nuestros países.
En diciembre de 2020 Argentina despenalizó el aborto para permitirlo básicamente sin restricción, mientras que en Colombia y otros países latinoamericanos se prohíbe, excepto en mujeres que cumplan algunas excepciones específicas.
Al menos una de estas razones de complacencia legal ha sido “aparente” porque terminó abriendo la puerta para que tanto profesionales como instituciones sin escrúpulos ejecuten el aborto “a discreción”.
Y lo hacen también amparados por otras leyes existentes como la privacidad de la historia clínica que, a la final, les ofrece mayor tranquilidad para la extracción y la literal destrucción de seres humanos vivos y en crecimiento.
Esto configura con claridad un conflicto de interés porque esas entidades y profesionales son asesores “educativos” en salud sexual y reproductiva para niños, niñas, adolescentes y mujeres gestantes, además de ejecutores del aborto.
O, mejor aún, son participantes de todo un proceso premeditado que pasa por promotores del delito, asesores de mujeres gestantes, jueces de las excepciones cuando hay alguna por ley, certificadores de causales legales, ejecutores del aborto y beneficiarios económicos por el acto abortivo en sí mismo o por la comercialización de partes fetales.
El aborto provocado a discreción, o amparado por cualquiera de las causales legales, se traduce también en abrir otra puerta adicional, la de permitir el sacrificio humano en el seno materno, de forma literal.
Es decir, el útero de la mujer que tiene como función acoger al ser humano en desarrollo termina siendo el lugar de una muerte violenta (u homicidio).
Fin de la parte 1 parte 2 (RAPE: la red proaborto)
NOTAS
[1] Hago énfasis en que esta nota no pretende abarcar la pérdida espontánea del embarazo (PEE), o aborto espontáneo, es decir, aquella pérdida del hijo en gestación, no voluntaria de la madre, y que es producto, por tanto, de la presencia de otras causas o factores que llevan a esa pérdida del bebé (como aquellos secundarios a enfermedades genéticas del hijo, trauma y ciertas enfermedades maternas, entre otras, las cuales podrían provocar la pérdida por sí mismas).
En estos casos, la terminación del embarazo inicia por sí sola, sin ningún tipo de medicamento o procedimiento que pretenda que ese sea el resultado.
* Se dice en el texto “decisión consentida en apariencia” porque la mujer podría haber tomado, bajo presión, la decisión de aceptar realizarse el aborto al ser engañada por el bombardeo de publicidad proabortista en medios, por los orientadores de “planificación” familiar y por su círculo social cercano sin tener la suficiente información y el tiempo para discernimiento de las consecuencias irreversibles para sí misma, para su hijo por nacer o su familia.
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Fuente de lecturas: Biblia de Estudio: Dios Habla Hoy. De acuerdo con el orden católico. Texto impreso y vía https://www.biblegateway.com/, Vatican News, Ciudad Redonda.
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