Escoje el día apropiado de la novena de Navidad (de aguinaldos o navideña), teniendo en cuenta la fecha correcta así:
1. Día 1 – 16 de diciembre
2. Día 2 – 17 de diciembre
3. Día 3 – 18 de diciembre
4. Día 4 – 19 de diciembre
5. Día 5 – 20 de diciembre
6. Día 6 – 21 de diciembre
7. Día 7 – 22 de diciembre
8. Día 8 – 23 de diciembre
9. Día 9 – 24 de diciembre
Selecciona, a continuación, el día de la novena de Navidad según la fecha descrita arriba para acceder a la consideración del día y al video con texto y audio.
Día 1 – 16 de diciembre – Primer día de la novena de Navidad
CONTENIDO DEL DÍA
VIDEO DEL PRIMER DÍA DE LA NOVENA DE AGUINALDOS – NAVIDAD (16 DICIEMBRE)
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la mejor prenda de vuestro amor para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En torno a él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro Hijo humanado; suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en su pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente.
Amén.
CONSIDERACIÓN DEL DÍA PRIMERO
En el principio de los tiempos el Verbo reposaba en el seno de su Padre en lo más alto de los cielos; allí era la causa, a la par que el modelo de toda la creación. En esas profundidades de una incalculable eternidad permanecía el Niño de Belén antes de que se dignara bajar a la Tierra y tomara visiblemente posesión de la gruta de Belén.
Allí es donde debemos buscar sus principios que jamás han comenzando; de allí debemos datar la genealogía de lo eterno, que no tiene antepasados y contemplar la vida de complacencia infinita que allí llevaba.
La vida del Verbo eterno en el seno de su Padre era una vida maravillosa y sin embargo, ¡misterio sublime!, busca otra morada, una mansión creada. No era porque en su mansión eterna faltase algo a su infinita felicidad, sino porque su misericordia infinita anhelaba la redención y la salvación del género humano, que sin Él no podría verificarse.
El pecado de Adán había ofendido a Dios y esa ofensa infinita no podía ser condonada sino por los méritos del mismo Dios. La raza de Adán había desobedecido y merecido un castigo eterno. Era pues necesario para salvarla y satisfacer su culpa, que Dios, sin dejar el cielo, tomase la forma del hombre sobre la Tierra y con la obediencia a los designios de su Padre expiase aquella desobediencia, ingratitud y rebeldía.
Era necesario, en las miras de su amor, que tomase la forma, las debilidades e ignorancias sistemáticas del hombre; que creciese para darle crecimiento espiritual; que sufriese, para enseñarle a morir a sus pasiones y a su orgullo. Y por eso el Verbo eterno, ardiendo en deseos de salvar al hombre, resolvió hacerse hombre también y así redimir al culpable.
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VÍRGEN MARÍA
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
ORACIÓN A SAN JOSÉ
Padrenuestro (una vez)
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN AL DIVINO NIÑO
GOZOS NAVIDEÑOS
R/. Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
I.
¡Oh, Sapiencia suma
del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
II.
¡Oh, Adonai potente
que a Moisés hablando,
de Israel al pueblo
diste los mandatos!
¡Ah, ven prontamente
para rescatarnos,
y que un niño débil
muestre fuerte el brazo!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
III.
¡Oh, raíz sagrada de
Jesé que en lo alto
presenta al orbe tu
fragante nardo!
Dulcísimo Niño que
has sido llamado
Lirio de los valles, Bella flor del campo.
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
IV.
¡Llave de David que
abre al desterrado
las cerradas puertas
de regio palacio!
¡Sácanos, Oh Niño con
tu blanca mano,
de la cárcel triste
que labró el pecado!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
V.
¡Oh, lumbre de
Oriente, sol de eternos rayos,
que entre las
tinieblas tu esplendor veamos!
Niño tan precioso,
dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
VI.
¡Espejo sin mancha,
santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano!
¡Borra nuestras
culpas, salva al desterrado
y en forma de niño,
da al mísero amparo!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
VII.
¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo
Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas con
suave cayado
ya la oveja arisca,
ya el cordero manso!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
VIII.
¡Ábranse los cielos y
llueva de lo alto
bienhechor rocío como
riego santo!
¡Ven hermoso Niño,
ven Dios humanado!
¡Luce, Dios estrella!
¡Brota, flor del campo!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
IX.
¡Ven, que ya María
previene sus brazos,
do su niño vean, en
tiempo cercanos!
¡Ven, que ya José,
con anhelo sacro,
se dispone a hacerse
de tu amor sagrario!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
X.
¡Del débil auxilio,
del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!
Ven a nuestras almas,
ven, no tardes tanto!
(canto)
XI.
¡Ven ante mis ojos,
de ti enamorados!
¡Bese ya tus plantas!
¡Bese ya tus manos!
¡Prosternado en
tierra, te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases,
te dice mi llanto!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
XII.
¡Ven Salvador nuestro
por quien suspiramos
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)