Escoje el día apropiado de la novena de Navidad (de aguinaldos o navideña), teniendo en cuenta la fecha correcta así:
1. Día 1 – 16 de diciembre
2. Día 2 – 17 de diciembre
3. Día 3 – 18 de diciembre
4. Día 4 – 19 de diciembre
5. Día 5 – 20 de diciembre
6. Día 6 – 21 de diciembre
7. Día 7 – 22 de diciembre
8. Día 8 – 23 de diciembre
9. Día 9 – 24 de diciembre
Selecciona, a continuación, el día de la novena de Navidad según la fecha descrita arriba para acceder a la consideración del día y al video con texto y audio.
Día 5 – 20 de diciembre – Quinto día de la novena de Navidad
CONTENIDO DEL DÍA
VIDEO DEL QUINTO DÍA DE LA NOVENA DE AGUINALDOS – NAVIDAD (20 DICIEMBRE)
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la mejor prenda de vuestro amor para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En torno a él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro Hijo humanado; suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en su pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente.
Amén.
CONSIDERACIÓN DEL DÍA QUINTO
Ya hemos visto la vida que llevaba el Niño Jesús en el seno de su purísima Madre; veamos hoy toda la vida que llevaba también María durante el mismo espacio de tiempo.
Necesidad hoy de que no tengamos en ella si queremos comprender, en cuanto es posible a nuestra limitada capacidad, los sublimes misterios de la encarnación y e l modo como hemos de corresponder a ellos.
María no cesaba de aspirar por el momento en que gozaría de esa visión beatifica terrestre; la faz de Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz humana que debía iluminar el cielo durante toda la eternidad, Iba a leer el amor filial en aquellos mismos ojos cuyos rayos deberían esparcir para siempre la felicidad en millones de elegidos. Iba a ver aquel rostro todos los días, a todas horas, cada instante, durante muchos años.
Iba a verle en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares de la juventud y en la serenidad reflexiva de la edad madura… Haría todo lo que quisiese de aquella faz divina; podría estrecharla contra la suya con toda la libertad del amor materno; cubrir de besos los labios que deberían pronunciar la sentencia a todos los hombres; contemplarla a su gusto durante su sueño o despierta, hasta que la hubiese aprendido de memoria…¡cuán ardientemente deseaba ese día!.
Tal era la expectativa de María…era inaudita en sí misma, mas no por eso dejaba de ser el tipo magnífico de toda la vida cristiana. No nos contentemos con admirar a Jesús residiendo en María, sino por esencia, potencia y presencia.
Sí, Jesús nace continuamente en nosotros y de nosotros, por las buenas obras que nos hace capaces de cumplir y por nuestra cooperación a la gracia; de manera que el alma del que se halla en gracia es un seno perpetuo de María, un Belén interior sin fin. Después de la comunión Jesús habita en nosotros, durante algunos instantes, real y sustancialmente como Dios y como hombre, porque el mismo Niño que estaba en María está también en el Santísimo Sacramento. ¿Qué es todo esto sino una participación de la vida de María durante esos maravillosos meses, y una expectativa llena de delicias como la suya.
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VÍRGEN MARÍA
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
ORACIÓN A SAN JOSÉ
Padrenuestro (una vez)
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN AL DIVINO NIÑO
GOZOS NAVIDEÑOS
R/. Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
I.
¡Oh, Sapiencia suma
del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
II.
¡Oh, Adonai potente
que a Moisés hablando,
de Israel al pueblo
diste los mandatos!
¡Ah, ven prontamente
para rescatarnos,
y que un niño débil
muestre fuerte el brazo!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
III.
¡Oh, raíz sagrada de
Jesé que en lo alto
presenta al orbe tu
fragante nardo!
Dulcísimo Niño que
has sido llamado
Lirio de los valles, Bella flor del campo.
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
IV.
¡Llave de David que
abre al desterrado
las cerradas puertas
de regio palacio!
¡Sácanos, Oh Niño con
tu blanca mano,
de la cárcel triste
que labró el pecado!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
V.
¡Oh, lumbre de
Oriente, sol de eternos rayos,
que entre las
tinieblas tu esplendor veamos!
Niño tan precioso,
dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
VI.
¡Espejo sin mancha,
santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano!
¡Borra nuestras
culpas, salva al desterrado
y en forma de niño,
da al mísero amparo!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
VII.
¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo
Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas con
suave cayado
ya la oveja arisca,
ya el cordero manso!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
VIII.
¡Ábranse los cielos y
llueva de lo alto
bienhechor rocío como
riego santo!
¡Ven hermoso Niño,
ven Dios humanado!
¡Luce, Dios estrella!
¡Brota, flor del campo!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
IX.
¡Ven, que ya María
previene sus brazos,
do su niño vean, en
tiempo cercanos!
¡Ven, que ya José,
con anhelo sacro,
se dispone a hacerse
de tu amor sagrario!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
X.
¡Del débil auxilio,
del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!
Ven a nuestras almas,
ven, no tardes tanto!
(canto)
XI.
¡Ven ante mis ojos,
de ti enamorados!
¡Bese ya tus plantas!
¡Bese ya tus manos!
¡Prosternado en
tierra, te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases,
te dice mi llanto!
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)
XII.
¡Ven Salvador nuestro
por quien suspiramos
Ven a nuestras almas,
Ven, no tardes tanto!
(canto)